Por: Fernando Castillo Rebollar
El robo de identidad es una práctica que se ha venido generalizando de manera alarmante, y que provoca severas afectaciones a las víctimas de este delito, que no sólo se limitan a aspectos financieros, sino que también pueden tener implicaciones penales para sus víctimas.
La identidad se constituye por nuestros datos personales como son: nombre, teléfono, domicilio, fotografías, huellas dactilares, números de licencia y seguridad social, números de tarjeta de crédito y cuentas bancarias, nombres de usuario y contraseñas. Ahora bien, podemos decir que existe robo de identidad cuando una persona obtiene, posee, utiliza o transfiere de manera no autorizada, los datos personales de alguien más, con la intención de asumir de manera apócrifa su identidad y, con ello, obtener un beneficio financiero en detrimento de las finanzas del verdadero titular de la información.
De acuerdo con cifras del Banco de México, nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en este delito; en un 67% de los casos, el robo de identidad se da por la pérdida de documentos, 63% por el robo de carteras y portafolios, y 53% por información tomada directamente de una tarjeta bancaria.
Por su parte, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), ha difundido que, entre las vulneraciones de seguridad más frecuentes se encuentra la sustracción de datos a través del correo electrónico, celulares y tabletas, así como por el uso de fuentes de fácil acceso y ricas en información, como serían las redes sociales, pues de ellas se puede obtener información vital sobre la persona.
Con la finalidad de prevenir este delito, tanto el INAI como la CONDUSEF han dado a conocer diversas recomendaciones:
Las recomendaciones del INAI son:
1. Todos los documentos personales o archivos electrónicos, así como NIP, password y claves dinámicas deben conservarse en un lugar seguro, para evitar que personas extrañas tengan acceso a ellos.
2. Al deshacerse de los documentos que contengan información personal o financiera, o tarjetas de crédito o débito vencidas, éstos deben ser destruidos.
3. No compartir ni publicar más de lo necesario y configurar niveles de privacidad entre los contactos. Nunca enviar claves y NIP por correo electrónico y jamás compartirlo.
4. Instalar software de seguridad (antivirus) y contraseñas seguras, que no se relacionen con datos personales como fechas de nacimiento, números telefónicos o nombres de familiares, y utilizar combinaciones de letras mayúsculas, minúsculas y números.
5. Limitar el número de documentos personales que se traen consigo.
6. Verificar la identidad de quien te solicita y requiere información para descartar que se trate de un fraude.
7. Investigar si recibes tarjetas de crédito, servicios o artículos que no hayas solicitado.
8. Verificar estados de cuenta y consultar movimientos, y revisar reportes de crédito de manera frecuente.
9. Procurar tener siempre a la vista la tarjeta de crédito o débito.
10. No utilizar equipos públicos para realizar movimientos bancarios o de compras por internet. La información puede quedar grabada en ellos con el uso de un software maligno.
Por su parte, la CONDUSEF recomienda:
1. Revisar frecuentemente el historial crediticio, el cual se puede solicitar de forma gratuita una vez al año en la página de web del Buró de Crédito, ya que en dicho documento, se detalla:
a) Los créditos que se tienen, así como las instituciones con las que se contrataron.
b) Los adeudos y su importe.
c) Los pagos que se realizaron oportunamente.
2. Al realizar operaciones en línea, es importante asegurarse que se ingresó a una página segura, para ello hay que verificar que en el navegador aparezca la leyenda “https” (implica que se navega en un sitio seguro), y si se va a realizar un pago, también hay que verificar que en la barra de direcciones aparezca el icono de un candado cerrado.
3. Revisar oportunamente los estados de cuenta, con lo cual además de llevar un control de las compras, retiros y pagos realizados, se podrá advertir cargos que no fueron realizados. No hay que olvidar que se cuenta solamente con 90 días naturales para presentar alguna reclamación.
4. Destruir cualquier documento que contenga información personal o financiera (NIP’S, contraseñas, números de cuentas bancarias, números de tarjetas, saldos, etc.) antes de tirarlos a la basura.
FERNANDO CASTILLO BORBOLLA, es Licenciado en Derecho con posgrado en Derecho Empresarial y Corporativo, y cuenta con la especialidad en Derecho Tributario por la Escuela Libre de Derecho. Es socio director de la firma de consultoría jurídico fiscal “Castillo Borbolla y Asesores, S.C.”. Miembro de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, A.C.; Presidente de la Comisión Fiscal de COPARMEX Metropolitano y Miembro de la Comisión Nacional de Asuntos Tributarios de COPARMEX Nacional.