Escribo este artículo el 31 de mayo. Faltan 30 días para la elección.
En dos días consecutivos, tres encuestas revelan lo siguiente:
1. Periódico Reforma: AMLO crece al 52%; RA retrocede cuatro puntos porcentuales, para ubicarse en 26% y JAM sube dos puntos, para ubicarse en 19%. La nota del diario Reforma es que AMLO está ya por arriba del 50% de la intención del voto a nivel nacional.
2. Suasor/Heraldo de México: AMLO 36%; RA y JAM empatados en segundo lugar, con 23%. El Heraldo cabecea: “AMLO va arriba; el 35% podría cambiar su voto.”
3. POP Group: AMLO 32%; JAM 26%; RA 24%.
Pop destaca: “Dos factores han comenzado a mostrar un crecimiento significativo: los electores indecisos y los votantes volátiles. Los indecisos son los que aún no han definido por quién votarán y suman el 14% de los electores. Los volátiles son los que, a pesar de haber definido un candidato, han manifestado que podrían cambiar su decisión de voto.”
“Entre los indecisos JAM es el candidato con el que más afinidad tienen (38%), seguido por RA que sufre un retroceso de dos puntos (27%), siendo AMLO el candidato con el que menos se identifican (8%).”
“… JAM se coloca como el candidato más competitivo y claro adversario de AMLO en la recta final de la campaña.”
Concluye POP Group: “JAM se está posicionando como segundo lugar. Por primera vez supera los 30 puntos y se coloca en la misma banda de AMLO, quien, a su vez, podría estar encontrando su techo máximo de preferencias. La campaña se sigue compactando y la competencia se cierra. Se espera una alta participación del electorado el día de la elección (65%).” Hasta aquí POP Group.
¿Qué nos dice todo esto, estimado lector? ¿Qué datos son los que perfilan la realidad de un modo más o menos exacto? ¿Cómo influyen en mi decisión? Algunas reflexiones:
1. Todas las encuestas tienen una verdad que declarar, y es que se deben a la intención y el interés de quien contrata sus servicios. Cada una lleva el agua a su molino. En términos de calidad estadística y pronóstico, los resultados se ofrecen a la consideración del lector, pero no marcan tendencias definitivas. Hay que tomar los resultados con muchas reservas. Se trata de inducir una percepción en el votante para darle seguridad… o infundirle miedo… ¡Cuidado!
2. Si bien se ha perfilado una final entre dos contendientes claros, es un hecho que los indecisos y volátiles pueden cambiar la tendencia y definir un resultado inesperado. Por tanto, hay que insistir, por todos los medios y en todos los tonos posibles, en que el voto sea razonado, meditado, con la serenidad que requiere una decisión de este tamaño, y no con el enojo o la ira que nos lleve tan sólo a castigar al gobierno que se va.
3. ¡Cuidado! Ellos se van, nosotros nos quedamos. El país se queda… ¿En manos de quién? La alternativa es quedarnos con un país que puede desbarrancarse por la decisión de votantes enojados, o un país que puede alcanzar nuevos niveles de desarrollo por la decisión de votantes reflexivos y con visión de futuro. Recuerda: el que se enoja, pierde.