Por: Redacción
México mantendrá su fortaleza económica, independientemente del cambio de administración y aun con las medidas económicas por parte de Estados Unidos, afirmó la secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), Alicia Bárcena.
Señaló que el organismo estima para México un crecimiento de 2.3 por ciento para 2018, con posibilidades de elevarse a 2.5, para 2019.
“México es un país que ha consolidado una política macroeconómica muy prudente. Sigue siendo una economía que crece” a pesar de las medidas arancelarias que ha tomado Estados Unidos, destacó.
Subrayó que México sigue exportando en altos volúmenes y recibiendo Inversión Extranjera Directa (IED). “Es decir, independientemente de lo que suceda, el país sigue siendo atractivo y la idea de diversificar las exportaciones más allá de Norteamérica le puede dar una nueva mirada”.
Entrevistada después de su participación en el Foro Forbes Mujeres Poderosas, dijo que México hacia el exterior es una nación muy respetada.
Mencionó que un estudio reciente de la Cepal revela que el 70 por ciento de los ciudadanos al interior del país no confían en las instituciones, pero “desde afuera México sigue siendo sumamente atractivo”.
En ese contexto, resaltó, quien sea que llegue a la Presidencia “no habrá afectación negativa para el país”, e incluso analistas nacionales e internacionales señalan que las proyecciones económicas son favorables para este año.
Sostuvo que si bien la “guerra comercial” que provoca Estados Unidos, si puede afectar, es una variable que no sólo impactaría en México, sino en todo el mundo. “Creo que eso si va a tener un costo muy importante”.
En este sentido, indicó que las respuestas que ha dado el gobierno mexicano a Estados Unidos son las correctas. “Nosotros también tenemos instrumentos para contrarrestar los problemas que se puedan crear”.
Respecto a la proyección de crecimiento económico, dijo que es buena, dado que el comercio y la inversión se siguen expandiendo, aunque a menor ritmo, pero ese es un factor mundial, pues ahora las inversiones se dan en naciones desarrolladas y han bajado en las emergentes.