Un equipo de investigadores determinó que las condiciones en la superficie de la Luna fueron suficientes para soportar formas de vida simples hace cuatro mil millones de años, según un estudio publicado en la revista especializada Astrobiology.
Científicos de la Universidad Estatal de Washington (WSU, por sus siglas en inglés) aseguran en el estudio que pudo haber dos ventanas tempranas de habitabilidad en la superficie de la Luna.
Los científicos creen que durante ambos periodos la Luna arrojó grandes cantidades de gases volátiles sobrecalentados, incluido vapor de agua, desde su interior.
Schulze-Makuch y Crawford escriben que esta desgasificación podría haber formado charcos de agua líquida en la superficie lunar y una atmósfera lo suficientemente densa como para mantenerla allí durante millones de años.
“Si agua líquida y una atmósfera significativa estuvieron presentes en la Luna temprana durante largos periodos de tiempo, creemos que la superficie lunar habría sido al menos transitoriamente habitable”, afirma Schulze-Makuch.
El trabajo de los dos científicos se basa en los resultados de misiones espaciales recientes y análisis sensibles de muestras de roca lunar y suelo que muestran que la Luna no está tan seca como se pensaba anteriormente.
En 2009 y 2010, un equipo internacional de científicos descubrió cientos de millones de toneladas de hielo de agua en la Luna. Además, hay una fuerte evidencia de una gran cantidad de agua en el manto lunar que se cree que se depositó muy temprano en la formación de la Luna.
También es probable que la primera luna haya estado protegida por un campo magnético que podría haber protegido formas de vida en la superficie de los vientos solares mortales.
Según apunta Schulze-Makuch, la vida en la Luna podría haberse originado en gran parte como lo hizo en la Tierra, pero el escenario más probable es que hubiera sido provocada por un meteorito.
“Es posible que meteoritos que contengan organismos simples como las cianobacterias puedan haber sido expulsados de la superficie de la Tierra y aterrizaran en la Luna”, describieron los científicos.
“Se parece mucho a que la Luna era habitable en este momento”, explica Schulze-Makuch, que sostiene que “podría haber habido microbios en las piscinas de agua de la Luna hasta que la superficie se hubiera secado y muerto”.
El científico reconoció, sin embargo, que determinar si la vida surgió en la Luna o fue transportada desde otro lugar “solo puede abordarse mediante un programa agresivo futuro de exploración lunar”.
Una línea de investigación prometedora para cualquier futura misión espacial sería obtener muestras de depósitos del periodo de mayor actividad volcánica para ver si contienen agua u otros posibles marcadores de vida.
Además, se podrían llevar a cabo experimentos en entornos lunares simulados en la Tierra y en la Estación Espacial Internacional (EEI) para ver si los microorganismos pueden sobrevivir bajo las condiciones ambientales que se predijo que existieron en la Luna temprana.