Septiembre apunta para ser un mes clave para el Presidente de México. Veremos las mediciones de aprobación y popularidad que producen las encuestadoras. Varios hechos y dichos colocaron al titular del Poder Ejecutivo (o lo mantuvieron) de nuevo en el centro de la conversación. El Informe Presidencial, el Grito de Independencia, el Desfile Militar y los incuantificables errores de una desdibujada oposición.
Moralmente derrotados es la frase con la que inició el mes patrio. En un informe (tercero o primero, ¡ya no sabemos!) de 9 meses de gestión con resultados cuantitativos más bien pobres, pero cualitativamente feliz… feliz… feliz… según cifras que van del 69% al 74% de mexicanas y mexicanos que dan su aprobación a Andrés Manuel López Obrador, según la encuesta que se consulte en sus resultados previos a septiembre.
En su informe de gobierno el Presidente dedicó sus ideas finales para precisar que la derecha, el conservadurismo y el neoliberalismo están “Moralmente derrotados”. Una aseveración de elevada manufactura discursiva, elegancia política, pero sobre todo de enorme violencia ideológica.
Una idea respaldada en hechos tales como el fin del poder de la comentocracia sobre la población, fin de las calificadoras y otros organismos supranacionales sobre las decisiones del Estado, fin de los partidos políticos como hoy los conocemos, fin del poder económico sobre el poder político y decenas más de finales sucedidos en estos 9 meses y que tienen a poco más de un 20% de la población en el descontento.
La instauración del nuevo régimen sentó sus reales y nadie puede detenerlo. Personas y personajes de la academia, del periodismo y de la sociedad en general no se habían percatado ni lo habían reflexionado, septiembre les ayudó a comprender que el mundo lleva una dinámica distinta a aquella en la que vivían. La producción de libros sobre los cambios de régimen a nivel mundial, producto del fracaso neoliberal, supera la centena: Stiglitz, Piketty, Pinker, entre muchos.
La Ceremonia del Grito de Independencia, fecha histórica falsa pero fundacional, funcional y fundamental, trajo 20 vivas diversos e incluyentes que provocaron las reacciones de los críticos del lopezobradorismo, de esos que fueron afectados en sus intereses económicos (Krauze, López Dóriga, entre muchos) y ahora celebraron las arengas en Palacio Nacional, tal vez buscando un acercamiento con el poder político para recuperar sus privilegios. Veremos si lo logran.
El desfile del día después, con una nutrida y popular asistencia, fue una cereza pastelera en el mismo tono institucional que, según otra vez los críticos, era el presidente que ellas y ellos querían, uno que llamara a la unidad.
También por estos días ocurrió la elección interna del Partido Revolucionario Institucional (PRI), un cadáver cuyos fétidos olores acumulados por los años comienzan a ser perceptibles, aunque aún le quedan defensores de poca valía política. Y por otro lado, el Partido Acción Nacional (PAN) celebró, con más pena que gloria, un aniversario más con nada ni nadie para festejar. Todas y todos viviendo una ficción política de la que tarde o temprano habrá que despertar.