Genaro García Luna y Emilio Lozoya decidieron “cooperar” con las autoridades brindando información sobre actos de narcotráfico y corrupción en México. El primero, pieza clave de los gobiernos emanados del Partido Acción Nacional (PAN), lo hará para las cortes estadounidenses. El segundo, enroque fundamental de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucio- nal (PRI), lo hará para las cortes mexicanas.
Sobre los dos exfuncionarios se ha dicho mucho, decenas de supuestos y veladas defensas por parte de la comentocracia de regímenes anteriores. Lo único válido será lo que ellos declaren en las cortes respectivas y lo que trascienda públicamente de esas declaraciones.
Del brazo derecho de Felipe Calderón, García Luna, es fácil echar un vistazo a las publicaciones de Anabel Hernández condensadas en varios libros, en el trabajo de Olga Wornat así como en la investiga- ción realizada por El Soberano, o en las muchas acusaciones hacia el montaje de Florence Cassez y otros realizados por Carlos Loret de Mola. Muchos personajes del PAN aparecerán en el entramado García Luna.
Lozoya carga con el historial del PRI. La aparición del célebre apellido Lozoya la ubicamos en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari cuando Lozoya padre formaba parte del primer círculo del clan Salinas. Del segundo Lozoya, el peñanietista, tenemos libros nacidos de la investigación, La Estafa Maestra, para documentar tejes y manejes del priísmo 2012-2018. Aquí figurarán los nombres de Rosario Robles (presa), Videgaray, Nuño y el propio Peña.
Escarbar en los 12 años últimos del PRI y del PAN tiene toda utilidad. Es necesario que las y los mexicanos conozcamos nuestro pasado
reciente para comprender mejor el momento actual. Nos servirá también para identificar a las y los personajes que aún vigentes y en funciones siguen operando desde el poder y sus intereses.
Gracias a García Luna valoraremos la pertinencia de un nuevo partido político, el México Libre de Calderón. No solo por los altísimos costos que nos implica a las y los ciudadanos sino por la legitimidad del mismo y del matrimonio que lo respalda: Calderón-Zavala. García Luna pondrá de manifiesto las redes de corrupción que dentro del PAN se hicieron con el narco- empresariado mexicano durante 12 años. Lozoya solamente confirmará su pertenencia a una facción- mafia-poder dentro del PRI con los apellidos Salinas, Del Mazo, Peña, Ávila, Collado, Videgaray, Nuño y los que aparezcan.
Decenas de políticos, empresarios y periodistas hay que seguirlos de cerca se encargarán de desmarcarse de los caídos, precisar que no vieron nada, decir que ellas y ellos no sabían, justificarse porque fueron “presionados” y muchas excusas útiles para darnos cuenta de que formaban parte de ello.
Ambos ayudarán a comprender que el Sistema Político Mexicano estaba y sigue podrido, tomado por pequeños grupos que cruzan todas las actividades económicas, políticas y sociales de nuestro país. Ambos nos dirán de qué están hechos los gobernantes actuales, si de necesaria justicia o de escándalo con fines electorales.