En una publicación del Centro de Investigación en Política Pública (IMCO) menciona en un título “México está al borde de una crisis de salud pública” y de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), estima que para el 2030 el 40% de los adultos en nuestro país tendrán obesidad, siendo esto un detonante de riesgo para enfermedades de sindrome metabólico, es decir enfermedades vasculares, cerebrovasculares y cardiovasculares. Indicando que estás enfermedades crónicas representan 7 de las 10 causas principales de muerte en México, y las dos más relevantes son la diabetes y la hipertensión (también conocida como el “enemigo silencioso”).
Las personas que tienen una mayor ingesta de alimentos a la que su cuerpo y actividad ncesitan para su gasto, lo cual provoca que se tenga un aumento de adopcitos, lipocitos o adiposas que son células que contienen la grasa, formando el tejido graso, siendo que el cuerpo humano debería de estar constituido entre un 15 a 25% por grasa contenida en adipocitos, por eso es importante también medir el porcentaje de grasa. Aproxímadamente el 50% de la grasa de nuestro cuerpo es subcutánea, en otras palabras más sencillas por debajo de la piel.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la obesidad como una enfermedad por una cantidad excesiva de grasa.
La obesidad es una enfermedad multifactorial, y básicamente está relacionada con el Índice de Masa Corporal (IMC) que es la relación de la estatura y el peso, que a través de ella se puede medir y clasificar si estamos en un peso normal, sobrepeso y obesidad.
Una persona con un IMC normal de los 18.5 a 24.9, sobrepeso de 25 a 29.9 y obesidad más de 30. Pero ahí no queda todo, cuando una persona tiene obesidad hay que definir en que grado se encuentra, es decir que la obesidad IMC grado 1 tendrá de 30 a 34.9, grado 2 de 35 a 39.9 y grado 3 o mórbido de 40 y más.
La estatura promedio en México para la mujer es de 1.60 metros y para el hombre de 1.70 metros. Imaginemos a una mujer de estatura promedio y con un peso de 87 kilos, ya está considerada como obesidad grado 2 o un hombre de estatura promedio con un peso de 120 kilos, es considerado obesidad grado 3 o mórbido. Lo importante de estos ejemplos es que no necesitamos pesar “más de 200 kilos” para decir que estamos en un grado obesidad y que es importante tomar acciones para mejorar tu salud tanto física, mental, emocional y económica.
Es muy importante que sí nosotros queremos realizar un cambio en nuestra alimentación para bajar de peso, hay dos aspectos muy importantes:
- No lleves este proceso solos: Hay que hacerlo con un experto de la salud para llevar las estrategías y mediciones del proceso.
- Cambio de hábitos: Compromiso, responsabilidad y disciplina con uno mismo para aprender a llevar una sana alimentación e incorporar actividad física.
Es un tema para preocuparse, y sobretodo para ocuparse por su salud y bienestar, que le traerá grandes beneficios a ti y a todos los que te rodean para poder disfrutar de una vida plena.
Por: Vive Keto Reto (V-Keto)
@ViveKetoReto