La “nueva realidad” nos invade, nos rodea, nos cerca. Padecemos un guion mediocre escrito y representado por actores noveles -algunos no tanto-, incompetentes e inclinados ante la voz de su amo, en una trama del revés.
La postura es muy fácil: obedecer les exime de pensar y criticar, actitudes tan mal vistas en este gobierno. Es más cómodo ceder y dejar que el Rey diga lo que quiere. Y que se haga lo que se pueda, como se pueda.
De esa nueva realidad, se desprende una confusión generalizada en todos los frentes que, cuanto más se abren en número, menos se espera que tengan resolución pronta y eficaz. Asombra la capacidad para abrir múltiples frentes de conflicto.
He podido ser testigo -por causa de mi trabajo profesional- de esta “nueva realidad” que señala a funcionarios y técnicos del pasado. Se les acusa, abiertamente, de haber estudiado en el extranjero y haber “aprendido mañas” muy nocivas.
Así, como lo puede usted leer, querido lector. Los posgrados de nuestros técnicos no nos han dado posicionamiento mundial, sino que han traído los vicios de la práctica global neoliberal.
En fin, que la situación es tal que sólo pensando al revés -cómo lo cantó Chabelo- es que se podría dotar de algún sentido -mínimo- a las acciones que vemos que van de plano a convertirse en fracasos sonados.
En algún lugar escuché que este presidente fue un excelente gestor del camino a la primera magistratura, pero que una vez ahí, se ha abstenido, o no ha querido, gobernar.
Porque cuadros bien formados y altamente competentes sí que los hay en México.
Claro, la posición exige muchísima inteligencia política para la gobernación, una visión de futuro viable para México y una capacidad negociadora y de mando excepcionales. Demasiado. Mejor el mundo del revés.
Y mientras tanto, los ciudadanos, el país en general, va resintiendo los efectos de esa incompetencia generalizada y ese “pensar” uniforme. Los frentes abiertos sangran ya por las heridas sin cauterizar. Y quizás la cicatrización no llegue nunca.
Se va logrando, a golpe de insensatez y necedad, la destrucción del país, de sus instituciones, sus proyectos y de su viabilidad como potencia emergente de los años venideros. Pasemos a la era del revés.
Ese futuro que las anteriores administraciones -corruptas y podridas- nos vendieron como espejitos de los conquistadores, no será ya posible porque la nueva realidad nos ha venido a gritar, a tambor batiente: “el futuro está en el pasado, lo mejor que puedes hacer es vivir tu presente con la mirada firme en ese nuevo futuro, que es tu pasado”.
Y luego nos quejamos de que esa nueva realidad es incomprensible, intolerable, amenazante, peligrosa. No, no lo es.
Lo que es incomprensible es tu obstinación en permanecer viendo ese futuro que te imaginas que es el bueno, pero no lo es. Estás en el error, vives en el error. Te han engañado tus conquistadores neoliberales. No comprendes el hondo sentido de la nueva realidad
Tan sólo se trata de cambiar la mirada y ver el mundo del revés, como Chabelo.