El escenario para la oposición en el 2022 que recién inicia, dicho en solo una palabra, es DESASTROSO. Varios indicadores y sucesos hacen adelantar su debacle.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ahora bautizaremos como EL NUEVO DEL NUEVO PRI, va directo al despeñadero (¡les fascina Peña!). Su dirigente nacional, Alito Moreno, personaje posicionado a fuerza de notas pagadas, refundó al PRI como un partido de centro izquierda. Seguramente el ansioso candidato a la presidencia del 2024 no sepa lo que eso significa, y menos sus agremiados, pero les “sonó bonito y de moda”.
En el partido de centro izquierda (¡ja!) por fin fue atrapado Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre. Aunque los priístas finjan desconocer las prácticas de su exlíder capitalino, les preguntaríamos si las decenas de prostitutas que laboran alrededor de la sede del partido en Insurgentes norte están empadronadas en el partido o alguno de sus militantes administra el negocio.
Pero el centroizquierdista PRI, según muchas encuestas disponibles hasta ahora, no ganará ni una de las 6 gubernaturas a disputarse este 2022. Cinco quedarán en manos del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y una en manos del Partido Acción Nacional (PAN).
Finalmente, en el caso del PRI, queda en la agenda de mis pendientes una investigación detallada sobre la operación y desplazamiento de recursos que los priístas están haciendo con los municipios y otras posiciones recientemente ganadas en el Estado de México.
La trinchera de la derecha y ultraderecha, la del Partido Acción Nacional (PAN), está peor. Ahí no hay base partidista, liderazgo, proyecto, ni narrativa. Los éxitos del panismo son un Guanajuato devorado por la violencia y la pobreza, un Mataulipas secuestrado y un Querétaro burbuja de jabón. A falta de bases, al panismo le sobran oportunistas hambreados jugando a políticos que no lo llevarán a ningún lugar de éxito.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) tiene un nombre con más letras que agremiados.
Otro espectro de la oposición es naranja. En Movimiento Ciudadano (MC) hay cuatro figuras clave que lo dibujan de cuerpo entero: Dante Delgado con toda su historia (que vale la pena escarbar), el gobernador de fosfoleón como claro reflejo de sus ciudadanos, un falto de pulcritud Enrique Alfaro y un aspirante a cantante y estrella sin carrera venido a político baby: Colosio. Ojalá esta lista se vea pronto enriquecida con Ricardo Monreal.
Todas y todos contra casi 80 puntos de aprobación presidencial y un movimiento, MORENA, en el que comienzan las desbandadas, definiciones, agrupamientos, lealtades, puñaladas, intentos de secesión y conflictos internos.
Comienza el 2022 con opositores de disfraz que solo buscan el presupuesto que garantice su sobrevivencia.