Siempre que hablamos de política tocamos el tema de la derecha y la izquierda. La noción de estos conceptos es diferente en el siglo XXI. La distinción tradicional que viene de la Revolución Francesa resulta insuficiente para precisar estos conceptos. Sobre todo cuando intentamos explicar algunas posturas políticas del siglo XX como la extrema izquierda comunista y la extrema derecha fascista que, al fin y al cabo, tienen muchos aspectos en común.
En el siglo XXI, los factores que nos dan luz sobre la identidad de la izquierda y la derecha son los métodos políticos y económicos para alcanzar el desarrollo y el progreso de la sociedad, sin alusión a ninguna ideología. La izquierda es categorizada como el cúmulo de ideas políticas y económicas influenciadas por el colectivismo. Entendamos el colectivismo como el sistema político que da prioridad a las necesidades del colectivo sobre los intereses individuales. La colectividad le da todo el poder al Estado para que asuma el control y la dirección de la producción, el comercio, las políticas monetarias y demás regulaciones oficiales. El control abarca también la fiscalización de los ingresos de todos los ciudadanos para “redistribuir” la riqueza en nombre de la desigualdad y la justicia social a través de un enorme aparato burocrático. Cuanto más izquierdista un sistema, más grande el control sobre los aspectos económicos y políticos de un país.
La derecha, por el contrario, asume la desigualdad social como un hecho natural que el Estado debe resolver garantizando la libertad de todos los ciudadanos. La derecha está influenciada por el individualismo. Este sistema reconoce un poder limitado al Estado para que éste defienda la libertad y los derechos fundamentales del ciudadano. Para la derecha, la burocracia es ineficiente, restringe la libertad y desalienta el emprendimiento.
Cuando hablamos de izquierda en el siglo XXI, nos referimos a los colectivistas. Dentro de éstos encontramos anarquistas, socialistas y “progresistas” de todos los colores, sabores y tamaños. Cuando hablamos de derecha, aludimos a los individualistas. Éstos también pueden ser anarquistas, así como libertarios y conservadores. Preguntamos, ¿qué quieren conservar los conservadores? Los conservadores son aquellos que simpatizan con el ejercicio de la libertad y un Estado pequeño.En nombre de la desigualdad, la izquierda busca el control del poder público. La izquierda, por más que su narrativa sea romántica, que sus promesas sean las más humanitarias y su éxito sea relativamente bueno en los primeros años, finalmente, termina en un fracaso. La derecha entiende que la solución a todos estos problemas es la libertad, porque cualquiera que sea el tema que se aborde con razonamiento, ya sea político, económico, filosófico; ya se trate de moralidad, igualdad, derecho, justicia y de progreso, el ejercicio y el desarrollo pleno del talento y las facultades del género humano, siempre dará solución a cualquier problema. ¡No más