El pasado 6 de febrero se registró un fuerte sismo que sacudió el Sur de Turquía y el Norte de Siria. Un fenómeno poco visto en nuestros días.
La ayuda humanitaria empezó a llegar al área en desgracia. Sin embargo, el sismo dejó al descubierto el egoísmo de la geopolítica. Todo el mundo estaba al pendiente de apoyar a los turcos que cayeron en desgracia. Es en este punto donde advertimos cómo las decisiones y los intereses de algunos países parecen intocables bajo cualquier circunstancia.
Desde 1979, Siria ha sufrido los embates de un bloqueo decretado por EE.UU y otros países. Las razones son las mismas que generan este tipo de medidas: la diferencia de intereses con algunos actores políticos. Pero es un tema prácticamente desconocido para el mundo. Los efectos son inhumanos: ningún país aliado de Occidente puede hacer tratos o apoyar a Damasco bajo pena de una sanción.
Recuérdese también que Siria es un país cuyas ciudades han sido destruidas por una guerra que inició en el 2011. Este país ha sido escenario del enfrentamiento de varios actores involucrados en su guerra civil: los rebeldes sirios, los kurdos, el estado islámico, el ejército sirio; sin olvidarnos de los países que en su momento apoyaron a uno u otro bando.
Año tras año de guerra, las voces de la población siria fueron ahogadas en la muerte y en la desesperanza. El éxodo sirio en Europa y Medio Oriente provocaron el asombro del mundo. Pero nada más. En esas circunstancias, el sismo de principios de febrero sorprendió a un país que ya estaba destruído por la guerra, sin olvidarnos de la falta de infraestructura, servicios públicos básicos y alimentos.
Las escenas de los sirios buscando a sus seres queridos con sus propias manos y uñas dieron la vuelta al mundo. Por eso recordamos que Siria ya estaba en ruinas, y que el sismo destruyó las ciudades.
Resulta, pues, que la ayuda humanitaria no llegó a Siria por el bloqueo de qué es objeto. La Comunidad Internacional se inconformó con la situación, y solo bajo presión, Occidente relajó el bloqueo por 180 días para que la ayuda pudiera llegar a Siria
La solidaridad y el verdadero humanismo que sostiene la mayoría de los países, sobre todo los occidentales, han quedado entredicho. Pocos fueron los países que apoyaron a Damasco, casualmente, los adversarios tradicionales de EE.UU: China, Rusia, Irán y algunos países árabes.
A pesar del “relajamiento del bloqueo”, los ciudadanos sirios se quejaban de la falta de ayuda, al tiempo que se preguntaban por qué no recibían apoyo pese a que se perdonó el bloqueo por un par de semanas.
Es evidente que los intereses de algunos países fuertes, la posición geopolítica y el prestigio ante la comunidad internacional son incompatibles con el humanismo y la solidaridad verdaderos. Creo también que el sufrimiento y la desventura de nuestros semejantes son acallados si vienen de algún país que no es amigo del grupo de amigos.