En los años 70, el mundo vivía la etapa final de la guerra del Vietnam o el conflicto árabe israelí, además de la crisis del petróleo que marcaba el año 73 como un año crítico para el mundo por el bloqueo de los productores del oro negro, quienes se convertirían en futuros jugadores clave en la economía mundial al decidir desde ese momento fijar de forma independiente los precios del preciado líquido. Se producía un auge del terrorismo en varios países del mundo apoyados por el mundo soviético y una Europa que volvía a ser pujante después de haber quedado destruida por la Guerra Mundial.
La sociedad mundial, sobre todo los países desarrollados, empezaban a incorporar tecnología, sobre todo electrodomésticos, que creaban los ingenieros a partir de las innovaciones y desarrollos de la NASA tales como el microondas, el ordenador, la calculadora o la televisión en color.
En este entorno se produce la invención de un objeto, sin el cual, no podríamos entender el mundo de hoy: el teléfono móvil. Un ingeniero americano, Marty Cooper, diseñaba el objeto y el concepto “hablar por teléfono de forma móvil”, cambiando el concepto de llamada a un lugar por la llamada a una persona. Este ingeniero trabajaba en un pequeño operador de telecomunicaciones estadunidense, Motorola y apostaron por el teléfono para las personas, el teléfono para la mano, a diferencia del gigante ATT, quien apostaba por la tecnología para los automóviles.
Este ingeniero decía ‘llegará el día en el que cuando alguien nazca le asignarán un número telefónico que tendrá hasta que muera. En el futuro todo el mundo tendría un teléfono”. Es decir, ya anticipaba la realidad actual, donde nuestro número de teléfono móvil forma parte de nuestros datos personales, además de nuestro domicilio o número de licencia.
Pero nunca pudieron imaginar en que un celular se transformaría en algo más que un objeto para conectar llamadas, sino que se iba a convertir en una supercomputadora, una cámara digital, conexión a internet… ninguna de esas cosas existía en 1973. Y todas ellas se han desarrollado en los últimos 10 años, cambiando las formas de relacionamiento sociales, empresariales, geopolíticas y humanas.
Cuento la historia del nacimiento de la transformación de la telefonía móvil a lo largo de estos 50 años para introducir un tema que está de moda en la actualidad: la inteligencia artificial (IA) y sus impactos en nuestra sociedad y en el mundo empresarial.
Escuchamos todos los días hablar sobre como la inteligencia artificial (IA) cambiará la forma de relacionamiento social y empresarial. Las empresas empiezan a desarrollar procesos internos y externos a partir del uso de la IA, los algoritmos están sustituyendo trabajadores que toman decisiones, por trabajadores que cumplen lo decidido por el algoritmo y Chat GPT se está convirtiendo en una herramienta en la mesa de profesionales, estudiantes, escritores, periodistas, etc.
GPT es un tipo de modelo de inteligencia artificial que ha sido entrenado con grandes cantidades de datos para generar texto o lenguaje natural de manera autónoma. «Aprende» de los datos y descubre patrones y relaciones entre ellos, prestando atención al contexto y al significado y, sobre esa base, genera textos según lo que se le pida: no copia, crea.
Si extrapolamos lo que significa Chat GPT y la inteligencia artificial a lo que significó el teléfono móvil, y consideramos la premisa de obsolescencia actual donde la innovación digital y/o tecnológica evoluciona en un horizonte temporal entre 5 y 10 años, tendremos que el futuro inmediato nos avanza un cambio total en el mundo.
En la actualidad, las grandes empresas que son las que empiezan a incorporar los algoritmos de IA a sus procesos empresariales, posteriormente llegarán las pymes quienes tomarán las innovaciones positivas que se hayan testado en las grandes empresas, en paralelo los Gobiernos empezarán a incorporar la inteligencia artificial a sus procesos públicos y finalmente las personas.Decía Platón sobre el hombre “El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos”. ¿Dónde colocaría la IA (Inteligencia Artificial) y la persona un filósofo como Platón? ¿Juntos? ¿Separados? ¿Complementarios?