La Psicología de la Política: Descifrando a Nuestros Aspirantes Políticos

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Por: Rubén Legorreta Gavilanes

En estos tiempos de decisiones políticas, enfrentamos la responsabilidad de elegir a quienes liderarán nuestro destino. A menudo, nos dejamos llevar por las promesas políticas y las plataformas, pero ¿qué tal si consideramos los factores psicológicos que hay detrás de la elección de un candidato?

Imaginen un líder político que genuinamente comprende sus preocupaciones, un líder que se pone en su lugar y siente lo que ustedes sienten. Carl Rogers, un influyente psicólogo humanista, nos recordó que la empatía es un encuentro genuino, un acompañamiento sin intentos de influencia. En política, un líder empático es aquel que puede conectar sinceramente con las necesidades y preocupaciones de la sociedad, un líder que puede tomar decisiones que beneficien a todos.

La confianza es otro elemento esencial en esta ecuación. Como dijo Paul Ekman, un destacado psicólogo, “la confianza se basa en la percepción de la sinceridad y la honestidad de una persona”. Evaluar la autenticidad de un candidato es una tarea que involucra analizar su lenguaje corporal, su tono de voz y la coherencia en sus discursos. La confianza en un líder político es esencial para que todos nosotros tengamos fe en sus acciones y decisiones.

Y no olvidemos la toma de decisiones. Como lo expuso Daniel Kahneman, un psicólogo cognitivo y premio Nobel, la toma de decisiones informadas implica evaluar objetivamente los datos y considerar múltiples perspectivas. En política, esto significa que un líder debe ser capaz de examinar cuidadosamente las opciones, considerar las consecuencias a largo plazo y actuar en beneficio del bienestar colectivo.En resumen, más allá de las promesas políticas, la elección del mejor candidato implica una mirada profunda a los factores psicológicos que guían a nuestros líderes. Al considerar la empatía, la confianza y la capacidad de toma de decisiones de los aspirantes políticos, podemos contribuir a un sistema político más sólido y efectivo. Recordemos siempre que detrás de cada candidato hay un ser humano con sus propias motivaciones, habilidades y valores, y nuestra elección debe reflejar nuestra confianza en aquellos que realmente pueden liderar con autenticidad, conexión y toma de decisiones informadas.