- – Los autos particulares generan el 18% de las emisiones de CO2.
- – La contaminación generada por los vehículos ocasiona daños en el aparato respiratorio, aumenta el riesgo de mortalidad cardiopulmonar, así como los casos de asma bronquial.
Uno de los temas más importante en la actualidad es la contaminación y es importante pensar en un futuro donde la movilidad sostenible sea la norma. México, como muchas otras naciones, enfrenta un desafío significativo con respecto al uso de automóviles y su impacto en la sostenibilidad ambiental. La población en constante crecimiento y la rápida urbanización han resultado en un aumento exponencial de vehículos, lo que ha generado congestión vehicular, contaminación del aire y emisiones de gases de efecto invernadero. Los automóviles particulares generan el 18% de las emisiones de CO2, principal gas causante del efecto invernadero, mismo que podría costar al país hasta el 6% del PIB, si no se toman las medidas de prevención adecuadas. Además, estas emisiones pueden causar graves problemas de salud a la población como daños en el aparato respiratorio, aumento del riesgo de mortalidad cardiopulmonar y asma bronquial por mencionar algunas.
De acuerdo con datos del INEGI, México tiene una de las tasas de motorización más altas en América Latina, con millones de vehículos en circulación. Este aumento ha ejercido presión sobre las infraestructuras de transporte, contribuyendo a problemas de tráfico en las ciudades y teniendo un impacto negativo en la calidad del aire y la salud pública. Tan solo en agosto de 2023, México contaba con 36,812,412 automóviles registrados en circulación, sin incluir camiones de pasajeros, ni de carga.
Hoy más que nunca es importante que las empresas tomen acciones para resolver este problema. Antes de la pandemia, solo el 2% de la fuerza laboral en América Latina trabajaba de manera flexible. Durante la pandemia, este número se disparó al 67%, demostrando ser efectivo en términos de productividad y ahorro de costos operativos para las empresas. Estudios realizados por PwC indican que el 35% de los empleados que trabajan bajo este modelo afirman que la productividad se mantuvo constante, mientras que el 58% logró elevarla. Con estos datos se pueden apoyar programas o iniciativas que reduzcan el uso del automóvil, que van desde colocar un transporte para los colaboradores que los lleve y traiga del trabajo a su casa o iniciativas como Work your Way, un programa de 3M, diseñado para otorgar flexibilidad laboral a sus trabajadores. Con este programa los empleados crean su propio flujo de trabajo escogiendo uno de los cuatro modelos propuestos: trabajo flexible, in situ, híbrido o remoto. Así se disminuye la necesidad de desplazamientos diarios ayudando a disminuir la huella de carbono.
Reducir el uso del automóvil no solo beneficia al medio ambiente, también a la salud. Se ha comprobado que el uso de la bicicleta reduce el estrés y la ansiedad, además de que evita padecer enfermedades cardiovasculares, fortalece el corazón y el sistema inmunológico, así como mejora la capacidad pulmonar. El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) nos indica que caminar es el ejercicio más saludable e ideal para tener un cuerpo sano y equilibrado. Al caminar la quema de grasa y calorías es mayor a la de otros ejercicios, el sistema cardiovascular se activa, ayuda a eliminar el colesterol perjudicial y aumenta nuestra resistencia y ayuda a combatir problemas como insomnio, estrés, depresión entre otros.
Hoy en día la flexibilidad laboral no solo puede mejorar el bienestar de los individuos, sino que también puede ser una herramienta poderosa para crear un futuro más limpio y saludable para todos. Poner en acción programas o iniciativas para bajar el uso del automóvil no es solo responsabilidad de las empresas y las autoridades, se necesita la participación y compromiso de los ciudadanos.