Los tipos de interés: “el momento ha llegado”.

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Hace unas semanas, el presidente de la Reserva Federal americana, Jerome Powell anunciaba lo que todos los analistas esperaban: Estados Unidos empezará a recortar los tipos de interés, de manera que las hipotecas y los créditos serán algo más barato. Después de llevar el precio del dinero al 5,25%, su nivel más alto desde 2007, la Reserva Federal anuncia ahora que se entra en una nueva etapa.

De hecho, el de Estados Unidos es el último de los grandes bancos centrales que recorta el precio del dinero, un paso que dio el Banco Central Europeo y el de Canadá en junio y al que se ha sumado el banco de Inglaterra este mes de agosto. Y se anuncian más bajadas de tipos en Europa debido a dos datos, la inflación se mantiene cerca del objetivo del 2% y la subida de los salarios se ha moderado considerablemente en el segundo trimestre del año.

¿Estas acciones son importantes para las empresas? ¿Solo impactan a las grandes empresas y corporaciones o los pequeños y medianos empresarios se ven impactados por estas medidas? ¿Estas decisiones tienen impacto en esas zonas económicas (EE. UU., Europa, Japón o Canadá) o impactan más en el resto de los países (LATAM, Asia)?

La inflación y la reducción de los tipos de interés son temas que afectan a las empresas de todos los tamaños, pero el impacto puede variar según el tamaño de la empresa y la naturaleza de su actividad.

En el caso de la inflación, las empresas grandes suelen tener más recursos para gestionar la inflación. Pueden tener mayor poder de negociación con proveedores y pueden transferir parte de los costos adicionales a los consumidores a través de aumentos de precios. Sin embargo, una inflación alta también puede reducir la demanda general de los consumidores, lo que afecta a los ingresos. En cambio, las pequeñas empresas suelen ser más vulnerables a la inflación, ya que tienen menos margen para absorber los costos adicionales y menos poder para aumentar los precios sin perder clientes. La inflación también puede aumentar el costo de insumos y reducir el poder adquisitivo de los clientes, afectando negativamente a las ventas.

Es decir, la inflación afecta a todas las empresas, pero las pequeñas empresas suelen ser más vulnerables. Al igual que la inflación no afecta igual a economías desarrolladas que a economías en desarrollo. Las primeras suelen estar mejor equipadas para manejar la inflación y mitigar sus efectos negativos. La inflación en estos países suele ser más moderada y controlada. Mientras que en las economías en desarrollo son más vulnerables a la inflación, debido a su estructura económica, mayor dependencia de precios volátiles de alimentos y energía, y menores capacidades institucionales para manejarla.

Cuando la FED americana o el BCE europeo apuestan por cambiar la velocidad de la economía, buscan reducción de tipos de interés como una herramienta de política monetaria para lograr varios objetivos económicos clave. 

El primero es estimular el crecimiento económico, facilitando el crédito.  Al reducir los tipos de interés, los préstamos se vuelven más baratos para las empresas y los consumidores. Esto incentiva a las empresas a invertir en nuevos proyectos, expandir operaciones y contratar más personal. Los consumidores, por su parte, pueden estar más dispuestos a pedir préstamos para comprar viviendas, automóviles, o hacer otros gastos importantes, lo que impulsa la demanda agregada. Este aumento en el consumo ayuda a estimular la economía.

El segundo es combatir la inflación, ya que tanto la FED como el BCE tienen objetivos de inflación (en torno al 2%). Si la inflación es demasiado baja o hay riesgo de deflación, bajar los tipos de interés puede ayudar a elevar la inflación hacia su objetivo, asegurando una economía saludable.

El tercero objetivo es mejorar las condiciones del mercado laboral. Un entorno de tipos de interés bajos puede estimular la contratación.

Y los otros dos objetivos son el apoyo a los mercados financieros a través del aumento de liquidez y reduciendo el costo de la deuda y la mejora de la competitividad de las empresas.

La reducción de tipos de interés es una herramienta clave para los bancos centrales en su esfuerzo por mantener la estabilidad económica y fomentar el crecimiento.

Cuando yo era un joven estudiante de economía, tuve que estudiar un libro que es el libro de cabecera de cualquier economista en el mundo: el libro de Paul Samuelson, economista y premio Nobel, quien decía que “el negocio de las empresas no es mantenerse a flote con tipos de interés bajos; es navegar entre las alzas y bajas del entorno económico.”

Samuelson señala que las empresas deben adaptarse a diferentes condiciones económicas, incluyendo fluctuaciones en los tipos de interés, para tener éxito a largo plazo.

Adaptarse a un entorno monetario cambiante no es solo una cuestión de supervivencia, sino también una oportunidad para que las empresas se posicionen de manera competitiva. La capacidad de anticiparse a los cambios, gestionar el riesgo y aprovechar las oportunidades que surgen con las variaciones en los tipos de interés y otras condiciones monetarias es fundamental para el éxito empresarial a largo plazo.